El
aprendizaje de contenidos declarativos.
El saber qué o conocimiento declarativo ha sido
una de las áreas de contenido más privilegiadas dentro de los currículos
escolares de todos los niveles educativos. Sin lugar a dudas, este tipo de
saber es imprescindible en todas las asignaturas o cuerpos de conocimiento
disciplinar, porque constituye el entramado fundamental sobre el que éstas se
estructuran.
Como una primera aproximación, podemos definir
el saber qué como aquella competencia referida al conocimiento de datos,
hechos, conceptos y principios. Algunos han preferido denominarlo conocimiento
declarativo, porque es un saber que se dice, que se declara o que se conforma
por medio del lenguaje.
Dentro del conocimiento declarativo puede
hacerse una importante distinción taxonómica con claras consecuencias
pedagógicas: el conocimiento factual y el conocimiento conceptual.
El conocimiento factual es el que se refiere a
datos y hechos que proporcionan información verbal y que los alumnos deben
aprender en forma literal o "al pie de la letra". Algunos ejemplos de
este tipo de conocimiento son los siguientes: el nombre de las capitales de los
distintos países de Sudamérica, la fórmula química del ácido sulfúrico, los
nombres de las distintas etapas históricas de nuestro país, los títulos de las
novelas representativas mexicanas del siglo actual, etcétera.
El conocimiento conceptual es más complejo que
el factual. Se construye a partir del aprendizaje de conceptos, principios y
explicaciones, los cuales no tienen que ser aprendidos en forma literal, sino
abstrayendo su significado esencial o identificando las características
definitorias y las reglas que los componen.
Podríamos decir que los mecanismos que ocurren
para los casos del aprendizaje de hechos y el aprendizaje de conceptos, son
cualitativamente diferentes. El aprendizaje factual se logra por una
asimilación literal sin comprensión de la información, bajo una lógica
reproductiva o memorística y donde poco importan los conocimientos previos de
los alumnos relativos a información a aprender; mientras que en el caso del
aprendizaje conceptual ocurre una asimilación sobre el significado de la
información nueva, se comprende lo que se está aprendiendo, para lo cual es
imprescindible el uso de los conocimientos previos pertinentes que posee el
alumno.
El
aprendizaje de contenidos procedimentales.
El saber hacer o saber procedimental es aquel
conocimiento que se refiere a la ejecución de procedimientos, estrategias,
técnicas, habilidades, destrezas, métodos, etcétera. Podríamos decir que a
diferencia del saber qué, que es de tipo declarativo y teórico, el saber
procedimental es de tipo práctico, porque está basado en la realización de
varias acciones u operaciones.
Los procedimientos (nombre que usaremos como
genérico de los distintos tipos de habilidades y destrezas mencionadas, aunque
hay que reconocer sus eventuales diferencias) pueden ser definidos como un
conjunto de acciones ordenadas y dirigidas hacia la consecución de una meta determinada.
En tal sentido, algunos ejemplos de procedimientos pueden ser: la elaboración
de resúmenes, ensayos o gráficas estadísticas, el uso de algoritmos u
operaciones matemáticas, la elaboración de mapas conceptuales, el uso correcto
de algún instrumento como un microscopio, un telescopio un procesador de
textos.
Durante el aprendizaje de procedimientos es
importante clarificarle al aprendiz:
ü
La meta a lograr
ü
La secuencia de acciones a
realizar
ü
La evolución temporal de las
mismas.
Asimismo, se ha establecido que un aprendizaje
de este tipo ocurre en etapas, que comprenden:
1 . La apropiación de datos relevantes respecto
a la tarea y sus condiciones. Ésta es una etapa donde se resalta el
conocimiento declarativo, sin ser todavía de ejecución de la tarea. Se centra
en proporcionar al aprendiz la información o conocimiento factual relacionado
con el procedimiento en general y las tareas puntuales a desarrollar, explicar
las propiedades y condiciones para su realización, así como las reglas
generales de aplicación.
2. La actuación o ejecución del procedimiento,
donde al inicio el aprendiz procede por tanteo y error, mientras el docente lo
va corrigiendo mediante episodios de práctica con retroalimentación. En esta
fase, se llega a manejar un doble código: declarativo y procedimental. Debe
culminar con la fijación del procedimiento.
3. La automatización del procedimiento, como
resultado de su ejecución continua en situaciones pertinentes. Una persona que
ha automatizado un procedimiento muestra facilidad, ajuste, unidad y ritmo
continuo cuando lo ejecuta.
4. El perfeccionamiento indefinido del
procedimiento, para el cual en realidad no hay final. Marca claramente la
diferencia entre un experto (el que domina el procedimiento) y el novato (el
que se inicia en su aprendizaje).
El
aprendizaje de contenidos actitudinal.
Uno de los contenidos anteriormente poco
atendidos en todos los niveles educativos era el de las actitudes y los valores
(el denominado "saber ser") que, no obstante, siempre ha estado
presente en el aula, aunque sea de manera implícita u "oculta". Sin
embargo, en la década pasada notamos importantes esfuerzos por incorporar tales
saberes de manera explícita en el currículo escolar, no sólo a nivel de la
educación básica, sino también en el nivel medio, en el bachillerato y
gradualmente en la educación superior.
Los diferentes países y sistemas educativos los
han incorporado de muy diversas maneras, en proyectos curriculares o
metacurriculares, ubicándolos bajo los rubros de educación moral o ética,
enseñanza de valores y actitudes, desarrollo humano, educación para los
derechos humanos y la democracia, y educación cívica, entre otros. Asimismo, y
sin excluir lo anterior, se ha tratado de clarificar en el currículo y la
enseñanza el tipo de valores y actitudes que habría que fomentar en las
materias curriculares clásicas, como por ejemplo, qué actitudes hay que
fomentar en los alumnos respecto a la ciencia y la tecnología, o qué tipo de
valores sociales hay que desarrollar en asignaturas como Historia o Civismo.
También se han dedicado esfuerzos importantes a
tratar de erradicar las actitudes negativas y los sentimientos de
incompetencias de los estudiantes hacia ciertas asignaturas (por ejemplo,
Matemáticas) o en general hacia aquellas situaciones educativas que les generan
frustración y baja autoestima.
Las actitudes son experiencias subjetivas
(cognitivo-afectivas) que implican juicios evaluativos, que se expresan en
forma verbal o no verbal, que son relativamente estables y que se aprenden en
el contexto social. Las actitudes son un reflejo de los valores que posee una
persona.
Referencias Consultadas:
Font, C. M., Badia, M. C., i Muntada, M. C.,
Muñoz, M. P., & Cabaní, M. L. P. (1994). Estrategias de enseñanza y
aprendizaje: formación del profesorado y aplicación en la escuela (Vol. 112).
Graó.
Arceo, F. D. B., & Rojas, G. H. (2010).
Estrategias docentes para un aprendizaje significativo: una interpretación
constructivista. McGraw Hill.
Arrieta, X., Marín, N., & Niaz, M. (2005).
Condiciones de enseñanza para el aprendizaje de contenidos
procedimentales/Teaching conditions for procedure contents learning. Journal of
Science Education, 6(1), 28.